En verdad, amigo Mailconraul, parece que tanto da quién vaya a quién. El encuentro es inevitable. Y además, tampoco sabemos si, cuando fuimos concebidos, llegamos nosotros a la vida o fue la vida quien llegó a nosotros.
El acierto real tal vez sea ese no llegar a saber... En esencia, si nada queda de la memoria y de lo aprendido, tienen que quedar los restos de un alma.
¡Así nadie pierde la oportunidad de un tropiezo!
ReplyDeleteEn verdad, amigo Mailconraul, parece que tanto da quién vaya a quién. El encuentro es inevitable. Y además, tampoco sabemos si, cuando fuimos concebidos, llegamos nosotros a la vida o fue la vida quien llegó a nosotros.
ReplyDeleteEl acierto real tal vez sea ese no llegar a saber... En esencia, si nada queda de la memoria y de lo aprendido, tienen que quedar los restos de un alma.
ReplyDeleteDicen que el alma pesa 21 gramos. Es lo que pierde el cuerpo al morir (hay una película así titulada). Dicen...
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