Buenos comentarios. Es curioso que podemos ser nutritivos (comibles, masticables, digeribles) para larvas o gusanos de moscas. También podríamos servín de festín a una hiena o un tigre. Pero no seríamos nosotros, sino nuestra masa muscular o carnosa. O sea: la cosa, el objeto, el envoltorio, la carrocería... En la carcasa corporal, cuando la dejamos, no pasa a vivir nadie. Ninguno habita en nuestro sitio. Nadie ocupa ese lugar.
Si acaso los gusanos
ReplyDelete¡No más facturas para las moscas de la luz!
ReplyDeleteBuenos comentarios. Es curioso que podemos ser nutritivos (comibles, masticables, digeribles) para larvas o gusanos de moscas. También podríamos servín de festín a una hiena o un tigre. Pero no seríamos nosotros, sino nuestra masa muscular o carnosa. O sea: la cosa, el objeto, el envoltorio, la carrocería... En la carcasa corporal, cuando la dejamos, no pasa a vivir nadie. Ninguno habita en nuestro sitio. Nadie ocupa ese lugar.
ReplyDeleteGracias por vuestras visitas y comentarios.
Te olvidas de las larvas del alma, tan aparentes...
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