La única condición que me distingue es la de haber recorrido la vida sin dejar morir al niño de los inicios. Hoy, a los ochenta, lo soy. Las células jadean, los huesos chirrían, se deforma el muñeco carnal, pero el infante lozano lo asiste en su andadura por el jardín de los asombros. Ignoro qué, quién, dispuso que el tiempo me distinguiera así. Lo considero una gracia. De tal índole que la muerte deberá dejarle paso a este niño soberano, independiente de mí, cuando el hombre acabe. Cuando suceda, saltará hacia el nuevo asombro. Pino, pez, jazmín, ornitorrinco. La fiesta continúa.
Te dirán que , a pesar de haber crecido mucho ¡ Estás muy bien , gracias a que mantienes un espíritu de amor y de servicio a los demás ! ¡ Te felicito por eso !
¿Qué has hecho de mí? ¿En qué me has convertido? ¡No es esto, no era esto lo que yo quería!
ReplyDeleteLa única condición que me distingue es la de haber recorrido la vida sin dejar morir al niño de los inicios. Hoy, a los ochenta, lo soy. Las células jadean, los huesos chirrían, se deforma el muñeco carnal, pero el infante lozano lo asiste en su andadura por el jardín de los asombros. Ignoro qué, quién, dispuso que el tiempo me distinguiera así. Lo considero una gracia. De tal índole que la muerte deberá dejarle paso a este niño soberano, independiente de mí, cuando el hombre acabe. Cuando suceda, saltará hacia el nuevo asombro. Pino, pez, jazmín, ornitorrinco. La fiesta continúa.
ReplyDelete(ESTEBAN PEICOVICH)
Te dirán que , a pesar de haber crecido mucho ¡ Estás muy bien , gracias a que mantienes un espíritu de amor y de servicio a los demás ! ¡ Te felicito por eso !
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