El azar no marca ningún destino. Solo es una probabilidad estadística que, por cierto, es la que menos ocurre en los eventos y fenómenos de la vida. Nunca el azar ha primado sobre la certeza. El conocimiento de la verdad elimina la probabilidad del azar. La ausencia del azar, por tanto, es irrelevante.
A veces medito, a veces medito, y medito más hondo, y aún más hondo y todo el misterio de las cosas aparece para mí como aceite en la superficie, y todo el universo es un mar de caras y de ojos cerrados hacia mí. Cada cosa —un farol en la esquina, una piedra, un árbol— es un ojo que me observa desde un abismo incomprensible, y desfilan en mi corazón los dioses todos, y las ideas de los dioses.
¡Ah, que haya cosas! ¡Ah, que haya seres! ¡Ah, que haya forma de haber seres, de haber haber, de haber cómo haber haber, de haber...! ¡Ah, que exista el fenómeno abstracto —existir, haber conciencia y realidad—, lo que quiera que esto sea...! ¿Cómo puedo expresar el horror que todo esto me causa? ¿Cómo puedo decir cómo es esto para que se sienta? ¿Cuál es el alma de que haya ser?
Ah, el pavoroso misterio de que exista la más pequeña cosa. Por qué el pavoroso misterio de haber cualquier cosa Por qué el pavoroso misterio de haber...
Por favor, "Dios no juega a los dados". (Solo le da al poker)
ReplyDeleteReinaría la diosa Fortuna
ReplyDeleteEl azar no existe. Todo es causalidad ( no casualidad). A las causas cuyos mecanismos o engranajes desconocemos llamamos suerte o azar.
ReplyDeleteEl azar no marca ningún destino. Solo es una probabilidad estadística que, por cierto, es la que menos ocurre en los eventos y fenómenos de la vida. Nunca el azar ha primado sobre la certeza. El conocimiento de la verdad elimina la probabilidad del azar. La ausencia del azar, por tanto, es irrelevante.
ReplyDeleteA veces medito,
ReplyDeletea veces medito, y medito más hondo, y aún más hondo
y todo el misterio de las cosas aparece para mí como aceite en la superficie,
y todo el universo es un mar de caras y de ojos cerrados hacia mí.
Cada cosa —un farol en la esquina, una piedra, un árbol—
es un ojo que me observa desde un abismo incomprensible,
y desfilan en mi corazón los dioses todos, y las ideas de los dioses.
¡Ah, que haya cosas!
¡Ah, que haya seres!
¡Ah, que haya forma de haber seres,
de haber haber,
de haber cómo haber haber,
de haber...!
¡Ah, que exista el fenómeno abstracto —existir,
haber conciencia y realidad—,
lo que quiera que esto sea...!
¿Cómo puedo expresar el horror que todo esto me causa?
¿Cómo puedo decir cómo es esto para que se sienta?
¿Cuál es el alma de que haya ser?
Ah, el pavoroso misterio de que exista la más pequeña cosa.
Por qué el pavoroso misterio de haber cualquier cosa
Por qué el pavoroso misterio de haber...
Fernando Pessoa
Azaroso es el efecto de lo ignorado. Cuando llegamos a conocer los entresijos de algo, entoncez deja de ser azaroso porque se convierte en previsible.
ReplyDeletePero como nunca sabremos todo (si acaso, una pequeñísima porción de todo), siempre habrá azar. Mucho azar.