Las hormigas, o las abejas, no se traicionan. Tampoco se agreden ni se disputan a muerte el territorio del hormiguero o la colmena. Allí hay suficiente para todas: no tiene entonces sentido la lucha despiadada, la codicia por tener más. Es su fuerza.
Las hormigas y las abejas miran el futuro con confianza. Nosotros no, pese a disponer de recursos materiales y técnicos para hacerlo.
Solo en la traición...
ReplyDeleteLas hormigas, o las abejas, no se traicionan. Tampoco se agreden ni se disputan a muerte el territorio del hormiguero o la colmena. Allí hay suficiente para todas: no tiene entonces sentido la lucha despiadada, la codicia por tener más. Es su fuerza.
ReplyDeleteLas hormigas y las abejas miran el futuro con confianza. Nosotros no, pese a disponer de recursos materiales y técnicos para hacerlo.
La especie elegida está (¿mortalmente?) enferma.