" ¿Todo cabrá / en diecisiete alientos / que tiene un haiku? "
Es el exterior lo que nos nutre, y no solo fisicamente.
Así es, Agridulce. Y constantemente estamos incorporando el exterior, lo que nos rodea, a nosotros mismos. De mundo exterior está hecha nuestra carne, y nuestros huesos, y nuestra sangre... También nuestro cerebro y nuestra mente. Somos mundo exterior asimilado y comprimido. Somos "alrededor" interiorizado.
Hay metralletas de azufre en Twitter.Hay vacío metalizado en Facebook.Los WhatsApps son ceniza de palabras.Omegle es un inmenso peep-show.Y la soledad no sabe ser ella misma.Anda perdida y desértica entre una multitud de espejismos.Uno de ellos eres tú, You,y otro soy yo, Stranger.Eres tan ofensivamente desconociday yo soy tan desconocido para mí mismoque nuestros desconocimientos supuran el flamante oropelque tiene obstruidas las arterias del amor,ese viejo cansado que nadie entiende ya.El egoísmo lo ha convertido en una transacción más.La velocidad, espídica, ha dejado atrás sus ceremonias.La virtualidad ha corrompido hasta el delirio su semilla.Entonces, ¿cómo encontrarte incendiada?Entonces, ¿cómo encontrarme verdadero?Ni siquiera podemos alzarnosen sueño y ala,reptamos como todos los demáspor una ciénaga laberíntica de píxeles,sin la magia de la carne hecha vino.Somos mentiras que se exhiben,asépticamente impúdicas,ante un espejo onanista.Tú quieres mi eyaculacióny yo tu clamoroso orgasmo.No queremos sumergirnos sabiosen la hospitalidad pringosa de un cuerpo,en el tedio de un alma ajena y cotidiana,perdemos el tiempo sólo en fugacidades.Como, irrefrenables,cambiamos de canal televisivo,lo hacemos de vivo maniquí digital,somos sólo fieles a nuestro narcisismo.Y en esa cárcel estamos presos.You, ¿te fugarías amorosamente conmigo,te vendrías a esa fiebre llamada vida?Allí por lo menos el dolor tendría raícesen mi corazón disecadoy tu implacable ausenciasería una nostalgia con gravedad.Te añoraría tanto que esculpiría el recuerdode haberte alguna vez amado.Y mi amor habría sido tan frondoso y ciertoque no seguiríamos siendo fantasmasahora que ha finalizado la conexión.(PEDRO MAESTRE)
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Es el exterior lo que nos nutre, y no solo fisicamente.
ReplyDeleteAsí es, Agridulce. Y constantemente estamos incorporando el exterior, lo que nos rodea, a nosotros mismos.
ReplyDeleteDe mundo exterior está hecha nuestra carne, y nuestros huesos, y nuestra sangre... También nuestro cerebro y nuestra mente.
Somos mundo exterior asimilado y comprimido. Somos "alrededor" interiorizado.
Hay metralletas de azufre en Twitter.
ReplyDeleteHay vacío metalizado en Facebook.
Los WhatsApps son ceniza de palabras.
Omegle es un inmenso peep-show.
Y la soledad no sabe ser ella misma.
Anda perdida y desértica entre una multitud de espejismos.
Uno de ellos eres tú, You,
y otro soy yo, Stranger.
Eres tan ofensivamente desconocida
y yo soy tan desconocido para mí mismo
que nuestros desconocimientos supuran el flamante oropel
que tiene obstruidas las arterias del amor,
ese viejo cansado que nadie entiende ya.
El egoísmo lo ha convertido en una transacción más.
La velocidad, espídica, ha dejado atrás sus ceremonias.
La virtualidad ha corrompido hasta el delirio su semilla.
Entonces, ¿cómo encontrarte incendiada?
Entonces, ¿cómo encontrarme verdadero?
Ni siquiera podemos alzarnos
en sueño y ala,
reptamos como todos los demás
por una ciénaga laberíntica de píxeles,
sin la magia de la carne hecha vino.
Somos mentiras que se exhiben,
asépticamente impúdicas,
ante un espejo onanista.
Tú quieres mi eyaculación
y yo tu clamoroso orgasmo.
No queremos sumergirnos sabios
en la hospitalidad pringosa de un cuerpo,
en el tedio de un alma ajena y cotidiana,
perdemos el tiempo sólo en fugacidades.
Como, irrefrenables,
cambiamos de canal televisivo,
lo hacemos de vivo maniquí digital,
somos sólo fieles a nuestro narcisismo.
Y en esa cárcel estamos presos.
You, ¿te fugarías amorosamente conmigo,
te vendrías a esa fiebre llamada vida?
Allí por lo menos el dolor tendría raíces
en mi corazón disecado
y tu implacable ausencia
sería una nostalgia con gravedad.
Te añoraría tanto que esculpiría el recuerdo
de haberte alguna vez amado.
Y mi amor habría sido tan frondoso y cierto
que no seguiríamos siendo fantasmas
ahora que ha finalizado la conexión.
(PEDRO MAESTRE)