Conviertes, Tiempo,
al dolor en bagaje.
Gracias, amigo.

Antes de AHORA,
nunca en la eternidad
ha sido AHORA.

Vosotros, haikus,
sois quienes dictáis: quienes
os escribís.

.....

Os dejo aquí
y queda apaciguada
mi pajarera.

Reclama a veces
su lugar en el mundo
lo imprevisible.

La Tierra gira
sin afecto, sin pena,
sin entusiasmo.

.....

Sin ilusión,
sin furia, sin inquina
gira la Tierra.

No necesitan
los ríos sofocar
ninguna sed.

Las cordilleras
no precisan de nadie
que las recorra.

Ningún planeta,
ni siquiera la Tierra,
nos necesita.

Este universo
¿persigue alguna meta,
pretende algo?

Pregunté al Todo:
“-Todo, ¿qué te propones?”.
No contestó.

Tal vez el cosmos
desconozca, él también,
su propio idioma.

Ningún paisaje,
ni tan siquiera el mío,
me añorará.

¿De qué otro mundo
-de éste, obviamente no-
es nuestro reino?

¿En qué otro plano
o dimensión seríamos
todos felices?

¿Humanizada,
hecha a nuestra medida…,
qué zona habrá?

.....

Una escalera,
un vertical camino
para ir allí.

Quizá el auténtico
reino de todo el mundo
sea el No-Mundo.

Siempre inestables:
ya a este lado volcados,
ya hacia aquel.

Unos a otros
se contrapesan nuestros
desequilibrios.

Igual que acróbatas,
con un pie a cada lado
nos mantenemos.

Vivimos en…
-¡no mires hacia abajo!-
…la cuerda floja.

Nos aferramos
a un gancho, a una cornisa,
a un clavo ardiendo…

.....

…a alguna tabla
-más bien imaginaria-
de salvación.

Una isla a salvo
de lo árido, de lo agrio
y de lo áspero.

.....

Un sitio libre
de argucia, de crueldad,
de pequeñez.

Suben y bajan,
se requiebran y ondulan
nuestros caminos.

Bucles, zig-zags,
curvas entre las curvas,
sinuosidades…

¿Por qué caminos
se adentrará más tarde
este camino?