Después de habernos servido durante kilómetros y kilómetros envolviendo y protegiendo nuestros pies, los tiramos a la basura sin miramiento ni gratitud. ¿A cuántos zapatos, botas y zapatillas hemos sobrevivido año tras año? Pero habrá un par de ellos -¿cuál, qué par será ese- que al fin nos sobrevivirá.
La verdad es que nuestro afecto y gratitud debería rozar lo inmaterial, aquello que nos acompaña en la mecesidad. ¡Hermosos supervivientes, pero aún más hermosos nuestros difuntos!
¿Es conveniente descalzarse en nuestra cita final?
ReplyDeleteDespués de habernos servido durante kilómetros y kilómetros envolviendo y protegiendo nuestros pies, los tiramos a la basura sin miramiento ni gratitud. ¿A cuántos zapatos, botas y zapatillas hemos sobrevivido año tras año? Pero habrá un par de ellos -¿cuál, qué par será ese- que al fin nos sobrevivirá.
ReplyDeleteLa verdad es que nuestro afecto y gratitud debería rozar lo inmaterial, aquello que nos acompaña en la mecesidad. ¡Hermosos supervivientes, pero aún más hermosos nuestros difuntos!
ReplyDelete