Es cierto, pero nunca abandonamos nuestra cápsula de yoidad. Que cambiamos y evolucionamos a lo largo de la vida es obvio, pero nunca salimos de nuestra fronteriza y delimitante piel. Y si nos pisan un pie, no es otro (el cerebro de otro) quien siente y sufre el pisotón. Soy vitaliciamente yo. O a lo sumo "soy yos" (capicúa o palíndromo esto último). Un saludo.
Cada día somos otro, viviendo con el peso adulterado de nuestro precedente.
ReplyDeleteEs cierto, pero nunca abandonamos nuestra cápsula de yoidad. Que cambiamos y evolucionamos a lo largo de la vida es obvio, pero nunca salimos de nuestra fronteriza y delimitante piel. Y si nos pisan un pie, no es otro (el cerebro de otro) quien siente y sufre el pisotón. Soy vitaliciamente yo. O a lo sumo "soy yos" (capicúa o palíndromo esto último). Un saludo.
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