" ¿Todo cabrá / en diecisiete alientos / que tiene un haiku? "
Perdón pido a la vida por aqueldisparo con el que una mañana de verano,allá en mil novecientos quizá cincuenta y nueve,le arrebaté de golpe una oropéndola.Cayó precipitada entre las hojasásperas y las gruesas ramas grises,con algo de elefante, de la higueradel Portal, donde, orondas de dulzura,relucían al sol, tentadoras, las brevas.Y quedó en la mañanaun extraño silencio que olía a pólvora.Al cabo de los años, todavíaa veces veo en mi manoaquella alhaja voladora, el velocon que la muerte iba empañando sus ojos,aquel rubí brotándole del pecho.Perdón pido a la vida ahora que el tiempova expulsándome de ella,ahora que sé el valor de cada vuelo,de cada canto y cada nuevo día.Ojalá que estos versos tuvieran el poderde alzar en esta página unas ramas de higueracon sol y grandes brevas, y en ellas devolverleal mundo una oropéndola.(MIGUEL D' ORS)
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Perdón pido a la vida por aquel
ReplyDeletedisparo con el que una mañana de verano,
allá en mil novecientos quizá cincuenta y nueve,
le arrebaté de golpe una oropéndola.
Cayó precipitada entre las hojas
ásperas y las gruesas ramas grises,
con algo de elefante, de la higuera
del Portal, donde, orondas de dulzura,
relucían al sol, tentadoras, las brevas.
Y quedó en la mañana
un extraño silencio que olía a pólvora.
Al cabo de los años, todavía
a veces veo en mi mano
aquella alhaja voladora, el velo
con que la muerte iba empañando sus ojos,
aquel rubí brotándole del pecho.
Perdón pido a la vida ahora que el tiempo
va expulsándome de ella,
ahora que sé el valor de cada vuelo,
de cada canto y cada nuevo día.
Ojalá que estos versos tuvieran el poder
de alzar en esta página unas ramas de higuera
con sol y grandes brevas, y en ellas devolverle
al mundo una oropéndola.
(MIGUEL D' ORS)