Cada palabra
corre el riesgo de ser
ésa que sobra.

Wednesday, March 13, 2019


"¡Gracias, espinas
-dice muda la flor-,
por protegerme!".

2 comments:

  1. Yo soy quien te defiende para que no te ataquen.
    Son muchos los hervíboros que se te acercarían y tragarían enteros tu corola, tu cáliz...
    O comerían las hojas del rosal.
    Y sin hojas la planta, y tú con ella, moriríais enseguida.
    Pero gracias a mí, sobre todo a mi punta que hiere donde toca, se hacen daño si muerden los tallos.
    Y al pincharse y sentir que les duele, desisten de comerlos.
    Por eso te respetan los conejos, las cabras, los ciervos, las ovejas...
    Por eso no te ingieren como a otras hierbas, matas o arbustos indefensos.
    Y debido a ello tú puedes brotar, abrir de par en par los pétalos, mostrar tu colorido, esparcir tu perfume.
    Yo, Rosa, te defiendo de todos los peligros.
    Yo soy quien te protege.
    Yo: la dura, la gris, la servicial espina.

    (RAFAEL BALDAYA)

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  2. Esto no es rosa, sino cardo.

    (Pobre flor la del cardo,
    la más bonita.
    Y nadie la desea
    por sus espinas.)

    De la familia del cardo es el alcaucil o alcachofa: una de las pocas flores que se comen.

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