Cada palabra
corre el riesgo de ser
ésa que sobra.

Wednesday, January 11, 2017


Cambia también
-si acaso, más despacio-
lo permanente.

4 comments:

  1. Tal vez el universo no sea más que "la permanente" de una mujer debajo de un secador cuántico, esa visión absolutamente femenina que se deleita y pasa con los dedos las fotografías y los chismes de una revista de vanidades (de ahí que los agujeros negros sean rulos y la teoría de las cuerdas tenga que ver con el destrenzado de los cabellos). Si acaso, más despacio, cambia la Diosa; pero nos cuesta un ojo de la cara en peluquería.

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  2. Graciosa imagen.

    A mí también me llamaba la atención cuando mi madre y mis tías iban a la peluquería a hacerse "la permanente".

    Eran peinados de la época. Los niños lo llamábamos "hacerse la alcachofa", pues parecía un peinado en capas.

    El RAE define "la permanente" (en femenino) como "un rizado artificial del cabello, que se mantiene mucho tiempo".

    Puede valer, pero creo que era más que eso.

    Recuerdo también el olor que producía el secador de pelo (unos secadores grandes, sostenidos por una barra vertical o "pie", en los que había que introducir la cabeza). Lo tengo grabado de alguna vez que fui a esperar a mi madre a la peluquería.

    Hay también una zarzuela cuya letra dice "anda y que te ondulen con la permanént , / que lo que es a mí no ha nacido quién".

    ¡Cuánto juego ha dado la palabra "permanente"! (¡Y pensar que lo único "permanente" es, paradójicamente, el cambio!).

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    1. Pero siempre hay algo que paradógicamente permanece...

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  3. No hay regla sin excepción. Ni siquiera ésta.

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