Cada palabra
corre el riesgo de ser
ésa que sobra.

Sunday, December 2, 2018


De lo real
y de lo fabulado
somos anfibios.

5 comments:

  1. Con un pie a cada lado, manteniendo el equilibrio (o intentándolo).

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  2. MÁS CINE POR FAVOR (Saiz de Marco)

    Primero fue la fotografía, que reproducía imágenes estáticas. Después el cinematógrafo, que las mostraba en movimiento. Luego vino el estereoscopio (cine en tres dimensiones –ó 3D-, lo llamaron también), que creaba una sensación aparente de profundidad. Más tarde llegó el cine en verdadero relieve: si en la pantalla aparecía una cordillera, el espectador podía escalar sus cumbres; si salía un río, era posible bañarse en sus aguas; si se veía un bosque, podía caminar entre los árboles…

    Al principio la gente iba al relievógrafo (cine en cinco sentidos -ó 5S-, se le llamó popularmente) para pasar el día en la playa (era más barato que viajar a la costa), para ir de excursión al campo sin salir de la ciudad, o para esquiar sin desplazarse a la montaña. Simplemente se metía uno en la pantalla y ya estaba en la playa, en el campo o en la estación de esquí.

    Pero ahora apenas se exhiben imágenes grabadas del mundo real. Lo que actualmente se proyecta son imágenes ficticias, mundos imaginarios creados por cada uno. Cualquiera puede diseñar, por ordenador, su propio mundo (su propia película), proyectarlo después en el relievógrafo y zambullirse en él.

    Por supuesto, los mundos que la gente crea son mejores que el real. Mundos sin lucha, sin depredación, sin competencia, sin miedo…

    Al fin y al cabo, ¡es tan fácil concebir un mundo mejor que éste!

    Desde que se inventó el “cine en 5S”, casi nadie quiere salir de la pantalla. Casi nadie quiere dejar su mundo de ficción. Casi nadie quiere salir de su película, de su realidad imaginaria, para regresar al mundo extraficticio. Casi nadie desea volver a la realidad real.

    Y el mundo real va deshábitandose. La realidad, cada vez más, se está quedando sola.

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  3. Y fueron felices y comieron perdices (virtuales)

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  4. El cuento más corto (y más largo) del mundo:

    "Érase una vez la Realidad. FIN"

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  5. Por suerte, estoy muy loco, y puedo permitirme el lujo de vivir en un mundo paralelo (no, de mentira no: paralelo). O sea, en mi puto mundo. Eso me alivia; aunque tarde o temprano tenga que poner los pies en el suelo y enfrentarme a la realidad. No me asusta la realidad, sólo que me aburre. No se puede volar; ni decir la verdad todo el tiempo. No se puede salir en pelotas a la calle, no se puede ir al cine con el monstruo de Frankestein; no se pueden un montón de montones de cosas. No sé quién coño decide lo que se puede o no; pero no me gusta y como no me gusta, vivo en mi mundo paralelo -no, de mentira no: paralelo- todo el tiempo que puedo.

    (BILLY MacGREGOR)

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