Lo más seguro es que, aquel que aborrece a sí mismo, tenga la tendencia de aborrecer a los demás. En ese caso, lo más justo, para revertir tal proceso, es amar a los demás para amarse a sí mismo.
Decimos "nunca seré...", "no beberé de este agua"..., pero llegado el caso y concurriendo las concretas circunstancias necesarias, me temo que podríamos convertirnos en lo que nunca creímos que nos convertiríamos.
Gracias, Roberto. Lo tendré en cuenta. Muchas personas a quienes de niños les fue inculcada la fe religiosa, tienen la sensación de que no fueron ellos quienes después dejaron la fe, sino que fue la fe quien les dejó a ellos. En todo caso, parece que el verbo creer (como el verbo amar) no admiten el modo imperativo. Tal vez tampoco el auto-imperativo. Pues no dependen de la cabeza, sino del corazón.
Lo más seguro es que, aquel que aborrece a sí mismo, tenga la tendencia de aborrecer a los demás. En ese caso, lo más justo, para revertir tal proceso, es amar a los demás para amarse a sí mismo.
ReplyDeleteDecimos "nunca seré...", "no beberé de este agua"..., pero llegado el caso y concurriendo las concretas circunstancias necesarias, me temo que podríamos convertirnos en lo que nunca creímos que nos convertiríamos.
ReplyDelete"No juzgues a nadie sin antes haber andado un año con sus zapatos".
ReplyDelete" En la vida hay muchos caminos que se bifurcan ". Hay que escudarse en la Fe para seguir por el recto sendero. La Fe hace milagros.
ReplyDeleteAsí es, Cuqui. Da miedo que alguien nos juzgue con nuestro propio código, nuestra propia severidad.
ReplyDeleteRoberto, ¿crees que la fe religiosa puede elegirse voluntariamente? ¿Alguien que no cree íntimamente en algo puede elegir (decidir) creer?
No se elige. Se busca. Es un largo viaje del alma que, cada quien, debe emprenderlo desde que inicia su etapa fugaz por esta tierra.
ReplyDeleteGracias, Roberto. Lo tendré en cuenta. Muchas personas a quienes de niños les fue inculcada la fe religiosa, tienen la sensación de que no fueron ellos quienes después dejaron la fe, sino que fue la fe quien les dejó a ellos. En todo caso, parece que el verbo creer (como el verbo amar) no admiten el modo imperativo. Tal vez tampoco el auto-imperativo. Pues no dependen de la cabeza, sino del corazón.
ReplyDeleteUn cordial saludo.