Cada palabra
corre el riesgo de ser
ésa que sobra.

Saturday, July 14, 2018


No hacen injertos,
ni transfusiones, ni
prótesis… de alma.

6 comments:

  1. Muy cierto. Al alma no se le pueden hacer remiendos ni poner parches. Mucho menos se le pueden hacer injertos de otras almas. Cada quien está dotado de su propia alma y es responsable de ella. Al ser así, lo único posible para el ser humano es procurar mantener su alma permanentemente limpia para reflejar - con todo su esplendor - los valores espirituales que le han sido revelados por Grandes Profetas y Mensajeros de Dios.
    Solo se trata de desarrollar el espiritu de Fe que, solo los humanos tienen la capacidad de desarrollar.

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  2. No parece haber nada especial en los cerebros de quienes sembraron el dolor y el sufrimiento; en el cerebro de los tiranos y genocidas.

    Los cerebros de Hitler, Goebbles o Stalin eran morfológica y estructuralmente cerebros como los otros. Igual que en sus piernas o en sus riñones no había tampoco nada especial.

    El soporte material, anatómico o fisiológico del mal no existe, o de existir sería el mismo que el del bien.

    No hay entonces una base orgánica, somática o fisiológica específica de la ética: con los mismos mimbres físicos unos hacen el bien y otros el mal.

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  3. Ni la materia ni la genética lo explican todo. Caín y Abel (cualesquiera Caín y Abel) compartían mucho material genético y ya se sabe que no eran éticamente iguales.

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  4. La estructura del mal es compleja. Hitler era bueno... con su perra.

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  5. Justamente, de eso se trata mi estimado Aitor : que teniendo cualidades somáticas y fisiológicas similares - nunca iguales -cada quien está dotado de un espiritu de Fe que, al fortalecerlo, nos aleja del odio, la venganza, la corrupción y la falsedad.
    Con eso de lo que se trata es de que, cada uno de nosotros, permanentemente, procuremos hacer el bien y lo justo. No importa que para accionar de tal manera no tengamos una representatividad en nuestros cerebros. Lo que si es seguro es que, poseemos un Espíritu de Fe que al fortalecerlo solo podremos inclinarnos hacia el bien.

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  6. Gracias por vuestros comentarios. Sabemos básicamente qué es el bien y qué es el mal, como algo instituido (¿cómo?) en nuestras mentes. Los que creen en una religión -en un Dios- y los que no creen (normalmente no es algo voluntario) saben, sabemos por igual distinguir sustancialmente. Hay una brújula ética inserta en nuestras mentes. La cuestión es por qué tan a menudo no la seguimos. ¡Tantas veces la brújula marcaba un camino y nuestros actos otro distinto...!

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