Cada palabra
corre el riesgo de ser
ésa que sobra.

Friday, November 16, 2018


Recordar es,
en una esquina al menos,
automentirse.

4 comments:

  1. Los recuerdos suelen contarte mentiras.
    Por allá se encogen.
    Por aquí se estiran.

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  2. Mienten más los sentidos : de la visión, del tacto, del olor, del gusto y de la audición. Es difícil encontrar la verdad, pero existe. Igual nos pueden engañar los recuerdos y, por eso, hay que ejercitar la memoria para borrar los malos recuerdos y atesorar los recuerdos buenos. La búsqueda de la perfección nos acerca a la verdad.

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  3. Quizá una dosis de automentira (en la memoria, en la percepción, en los sentimientos, en las motivaciones...) sea necesaria para sobrevivir.

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  4. Me acuerdo de lo bien que puede saber un vaso de agua después de un tazón de helado.

    Me acuerdo del día que murió Marilyn Monroe.

    Me acuerdo de muchos primeros días de colegio. Y de ese sentimiento de vacío.

    Me acuerdo de muchos septiembres.

    Me acuerdo de cuando pensabas que si hacías algo malo, la policía te metía en la cárcel.

    Me acuerdo de cuando, en el colegio, le dabas una tarjeta de San Valentín a toda tu clase, no fuera que alguien a quien no le habías dado te diese una.

    Me acuerdo de los lecheros. De los carteros. De las toallas para invitados. De los felpudos de “Bienvenidos”. Y de las señoras de AVON.

    Me acuerdo de la gente muy mayor cuando yo era muy joven. Sus casas olían raro.

    Me acuerdo de la que vida era tan seria entonces como ahora.

    Me acuerdo de cuando la Pepsi-Cola estaba con un pie en la tumba.

    Me acuerdo de un pintauñas rojo oscuro casi negro.

    Me acuerdo de los vasos de aluminio de colores.

    Me acuerdo de un día muy caluroso de verano en que se me ocurrió poner cubitos de hielo en el acuario y se murieron todos los peces.

    Me acuerdo de hacer helado casero.

    Me acuerdo de que me gustaba más el helado comprado.

    Me acuerdo de ponerme bronceador y de que justo entonces el sol se fuera.

    Me acuerdo de esa sacudida que te da justo antes de quedarte dormido. Como cayéndote.

    Me acuerdo de querer dormir en el patio de atrás y de que se rían de mí diciendo que no iba a aguantar la noche entera y de, al final, dormir fuera y no aguantar la noche entera.

    Me acuerdo de las fuentes que empiezan por un chorro pequeño y cuando pones la cara sale un chorro gigante que se mete en toda la nariz

    Me acuerdo de la sopa de pollo con fideos cuando estás malo.

    Me acuerdo de los filetes de pollo empanado.

    Me acuerdo de llenar la cubitera hasta arriba y de intentar llevarla hasta el congelador sin que se me derrame nada.

    Me acuerdo de ponerme mi mejor ropa para ir a comprar ropa nueva.

    Me acuerdo de la gente, en la calle cuando se ponía a llover, saliendo disparada con la cara contraída.

    Me acuerdo de lo que cuesta poner fin con naturalidad a una carcajada en público.

    Me acuerdo de los cumpleaños.

    (Joe Brainard)

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